miércoles, noviembre 21, 2007

La izquierda: realidad, ficción y muerte


No era solo un abuelete entrañable, o mejor dicho, no lo era de ninguna forma; era un pedazo real, vivo y admirable de la historia de la izquierda de este país. Me lo encontraba en actos varios del partido y no podía verle sólo como una persona, a pesar de que él se comportaba conmigo, oscura militante, de la forma más humana posible; y sin embargo, a veces veía sólo su sonrisa... En fin, esto es solamente mi visión personal, poco tengo que añadir a lo que se ha dicho ya sobre Gregorio López Raimundo (en http://www.psuc.org/content/view/4742/1/ tenéis unos cuantos de los artículos aparecidos en diferentes medios sobre su vida y su muerte; también podéis echar un vistazo al blog de Jordi Alonso, compañero del PSUC-viu y concejal de La Llagosta, Barcelona, http://www.jordialonso.blogspot.com/). Todo lo demás ya está en la historia.

Muere Gregorio (por causas naturales) y muere Carlos (no tan naturales). Muere la vieja guardia de la izquierda de este país, mientras con espadas y bien cortadas plumas (o bien enchufados procesadores de texto, como decía mi llorado profesor José María Valverde), por manos de neonazis y medios de comunicación, están acabando con la nueva. Casi tan injusto como el asesinato de un joven que sólo pretendía manifestarse pacificante contra los intolerantes, que sólo deseaba apoyar a las personas a los que no les queda otro remedio que venir a buscarse la vida a este país de mierda, es la criminalización de los de su misma ideología que se realiza en los medios, encubriendo, por ejemplo, el asesinato de Carlos bajo el paraguas de una batalla entre bandas (batallas en las que sólo mueren los de una determinada facción en liza, qué casualidad. ¿Tan malos luchadores somos los de izquierdas?), aludiendo a ambos grupos de frorma general como "los radicales", saturando las pantallas de imágenes de violencia (provocadores los hay en todos lados, eso lo reconozco), sin mencionar las manifestaciones pacíficas que se han producido. Ah, y llamando a psiquiatras (y eso que me cae bien el Cabrera, soy una asidua seguidora de Cuarto Milenio, lo reconozco) para que realicen un perfil de ese batiburrillo de radicales, sin aceptar que están mezclando en la misma salsa al menos dos ingredientes de sabores completamente opuestos. Yo, que soy comunista, antisistema y antifascista puedo asegurar que ni vengo de una familia desestructurada, ni he fracasado en la vida (al menos, de la manera clásica), ni estoy tan desesperada que sólo quiero integrarme en un grupo. El perfil, tal como yo lo veo, de los jóvenes y no tan jóvenes antifascistas o antisistema es el de una persona culta, inquieta, sensible ante la injusticia, motivada, valiente, con vocaciones muy claras... Así son la mayoría de mis compañeros, a pesar de las ocasionales manzanas podridas. Pero, bien, ya conocemos las estrategias de poder.

(Y hablando de izquierda, y de radicales, y para no extenderme [mis post son endiabladamente largos, ya lo sabéis], os meto aquí tres artículos con visiones opuestas sobre Llamazares, el PCE y las primarias: http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=459311&idseccio_PK=1008, por una parte, y http://www.larepublica.es/spip.php?article7908 y http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=45621, por otra; el primero llama a los del PCE, partidarios de Marga Sanz "dogmáticos", y el segundo y el tercero está escrito por uno de esos dogmáticos; ya os imaginaréis dónde me sitúo yo. Juzgad por vosotros mismos dónde está la realidad y la ficción.)

Muere Gregorio, muere Carlos, y no dejan de morir mujeres; se ve que los cerdos machistas también quieren conmemorar el 25 de noviembre a su manera. Mueren después de sufrir encerronas como programas televisivos de testimonios y sorpresas donde se dan de morros y has de aguantar a sus maltratadores, mueren porque a éstos nadie les notificó las sentencias de prisión y alejamiento (me pregunto: de haberlas conocido ¿la habrían cumplido? ¿Alguien realmente les hubiera obligado a ello?). Mueren porque la justicia está demasiada ocupada haciendo, o dejando de hacer, otras cosas. Mueren porque defender a la mujer (el sexo de la izquierda, el que puede complicar las cosas) y al activista es fomentar un supuesto desorden que no se aviene con la patria, la propiedad y la familia. Con el sistema capitalista, vaya. Es mejor hacer la vista gorda con Democracia Nacional y sus congéneres y demás plañideros del 20-N, que después de todo no atacan nuestro sagrado sistema.

Y mientras tanto, otra realidad, los trenes siguen fallando (parece que la cosa se ha normalizado, pero ¿cuánto durará?), las infraestructuras se desmoronan porque las obras faraónicas, hechas a mayor gloria del poder y de sus empresas amigas y/o satélites y no de los usuarios de a pie, agotan todos los recursos (no os perdáis el articulo Cataluña, la quiebra de un modelo, de Joan Herrera, diputado de IU-ICV, en www.elpais.com/articulo/opinion/Cataluna/quiebra/modelo/elpepiopi/20071117elpepiopi_4/Tes), y el AVE va avanzando a trancas y barrancas por una vía de intereses ocultos (esta noticia corre por internet, tal vez la conozcáis pero leedla; es muy significativa: http://www.azogue.net/NOTI2006/nosevende/avepp.php). También muy realmente siguen bailándole el agua al responsable del ya famoso "¿por qué no te callas?" (otro artículo que he encontrado sobre este tema, lástima de las faltas de ortografía, Detrás de la callasón real, http://www.ymlpr.net/pubarchive_show_message.php?actuwa+7). Por cierto, consultad la página de Unidad Cívica por la República en los enlaces de la columna de al lado, se celebrarán unas interesantes Jornadas Republicanas los días 1 y 2 en el Museo de Historia de Barcelona. Y en cuanto a mi vida personal, Hacienda se ensaña con mis exiguas cuentas corrientes, dejándolas en números tan comunistas como el partido en el que milito: al parecer, quieren solventar el déficit público con la única ayuda de mis magros ingresos y los de otras personas como yo; deben de haberme visto cara de tonta; como a todos los pobres...

No, definitivamente este mundo no mola: creo que volveré a mi novela. Si no fuera por la ficción...

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