miércoles, febrero 27, 2008

Desidia y no sólo electoral

Fue en 1949. El 17 de febrero. Se la llamó "la caída de los 80". Los militantes del PSUC Joaquim Puig i Pidemunt, Pere Valverde, Àngel Carrero y Numen Mestre fueron fusilados por el régimen franquista en el Camp de la Bota de Montjuïc. Hasta hace poco se les seguía rindiendo homenaje anual esa jornada en el Fossar de la Pedrera, dentro del cementerio de la emblemática montaña de Barcelona, donde están enterrados. Desconozco si aún sucede. Los deudos desaparecen, los recuerdos se desvanecen, es ley de vida. Y, por si fuera poco, la desidia todo lo invade.

La desidia. Esa piscina de agua cálida pero turbia en al que es fácil acabar por zambullirse. La verdad es que hace años que deseo asistir a ese homenaje, en caso de que aún se celebre, o en todo caso brindarles yo uno solitario y silencioso, ese día y en ese lugar. Pero nunca lo he hecho. No dudo que en algunos caso realmente han existidos imponderables, pero no en otros; o en todo caso, no imponderables no fabricados por mi propia mente.

Entenderme bien. No quiero que penséis que ignoro o quiero ignorar los errores cometidos por el PSUC y partidos aledaños en ese oscuro periodo de la historia de España, en ese oscuro periodo de la historia del comunismo, el comunismo entendido como la doctrina que quiere hacer a los hombres iguales y libres mediante la superación de las contradicciones de clase (¿"comunismo democrático"? ¿Podíamos llamarle así? Depende del significado que queramos darle a la palabra democracia, estaremos incurriendo en una paradoja. Pero supongo que me comprendéis); lo que sucede es que siento una gran ternura por la inocencia de los ideales de muchos militantes olvidados, por esa frescura que trae siempre lo primero antes de que la desidia lo invada todo. Ternura por quien es capaz de morir por un ideal, ternura por aquel que se obsesiona por algo que cree justo y bueno y lleva esta locura hasta el final. No siento, sin embargo, ninguna ternura por el fanatismo, solo mucha lástima. Mucha lástima por esa pobreza en sus vidas que los conduce a sacrificar por un ideal hasta el ideal mismo.

Desidia es también la que sienten los derrotados. Habré hablado alguna vez aquí supongo de que la gran victoria del capitalismo anteglobalización fue hacernos creer en nuestra derrota antes de que ésta se produjera, y después darnos paños de lágrimas, golosinas con que endulzarla. Comida basura, ocio basura, con la doble función consumista y alienadora, por mucho que esta última palabra ya no esté de moda. Leí hace tiempo un libro, Muerte de un trotskista, de Alejandro M. Gallo (interaesantísimo el tema, aunque lamentablemente opino que no marcará ningún hito en la historia de la literatura española), en el que se postulaba algo así como que militares de ultraderecha habían concebido un plan para introducir drogas en barrios obreros y evitar así que se convirtieran en un nido de comunistas. No sé esta idea es solo ficción o va más allá, aunque no me parece muy descabellada sobre todo después de la increible afluencia de heroinómanos que se produjo en los años ochenta, pero en caso de que fuera lo último quizá ni siquiera habría sido necesario: hay otros paraísos artificiales, hay otras maneras de fomentar la desidia.

Sí. La derrota trae la desidia. La llamada vieja guardia de IU e EUiA (representada casi en la totalidad de los casos por militantes del PSUC-viu y cierto sector del PCE), o sea, los que aún creen en un marxismo auténtico sin sospechosas desviaciones derechizantes ecosocialistas (quizá solo orientadas a posicionarse más en el poder por estar en mejores condiciones para pactar con el PSOE eliminando lastres) se está cansando de luchar. Hartos de ser anatemizados o incluso expulsados por la dirección de IU o EUiA cuando su única falta fue criticarla en un marco democrático y legal, cansados de que el PCC y otros sectores del PCE utilicen su mayoría para jugar sucio, muchos han abandonado el proyecto, poniendo a los que quedamos en una situación aún más difícil. Pero para mí ya ha pasado el momento de insultar a IU e EUiA (no quiero convertirme en una Rajoy del marxismo), pues es incluso posible (aunque lo dudo) que nosotros hubiéramos hecho lo mismo en su lugar (algunos de mis camaradas me matarán si leen esto, menos mal que este blog es secreto, je je) o hasta quizá las motivaciones de estos compañeros tenga una cierta licitidad, si para ellos ésta es la mejor manera de conseguir nuestros objetivos. No: éste es el momento de proclamar que el programa de la coalición aún es el nuestro, y que a pesar de pequeñas o grandes traiciones sucedidas cuando EUiA e IU no se han mostrado suficientemente fuertes ante los socialistas en cuanto a ciertas leyes y sucesos (Memoria histórica, Enseñanza, intrusión de la Iglesia en política...), todavía creo que es la mejor opción para estas elecciones que nos intentan vender como bipartidistas. Quizá porque es la única. En cualquier caso, en el apartado de la web dedicado a colegas y camaradas podréis ver en el blog de Jordi Alonso lo que este destacado militante opina al respecto. Eso si entendéis catalán, lo siento.

Hablando de bipartidismo, por favor echar también un vistazo a la presentación Del voto útil al voto inútil que os he colgado en Materiales para estudio (también he actualizado el resto de los enlaces y he colgado en esta sección otros archivos, no dejéis de leerlos); requiere tiempo y uso de la materia gris para su comprensión, pero no tiene desperdicio y nos alerta de los peligros del supuesto voto útil (esto es, por si alguien aún no lo sabe, votar al PSOE sin ser socialista sólo para evitar que gobierne el PP) que puede volverse de muchas maneras en contra de quien lo ejerce. Al igual que la desidia producida por el desencanto que los políticos nos causan, la desidia que nos impulsa a abstenernos concediendo así más poder a la derecha. Pero volviendo al párrafo anterior antes de ponerme electoralista, me preocupa mucho más invertir esa desidia en mi partido y recuperar a los compañeros perdidos. Por el bien del proyecto y por el bien del PSUC.

En cuanto a mí, personalmente, sigo enviando mensajes en botellas esperando que alguien los lea, sin conocer o negándome a conocer la inmensidad del mar y que quizá la única tinta que esté a mi disposición sea la invisible. Algunos podrían llamarlo lucha incansable, deseo de conquista; algunos incluso me considerarían una ganadora en ciernes y no alguien que lleva el fracaso inscrito en el ADN. Para mí, este empeñarse sin fin en lo que nunca será no es más que otro tipo de fanatismo.

Otra clase de desidia.

P.D.: Quería hablar, y no he hablado, de las detenciones de supuestos yihadistas en el barrio del Raval de Barcelona. En su lugar os pido que consultéis este artículo, http://diagonalperiodico.net/spip.php?article5468, y así entenderéis mejor de lo que os lo podría haber explicado yo que no es oro todo lo que reluce. En cuanto a otro tema, la crisis de los precios de los alimentos (que, según Rajoy, sólo afecta a España y es culpa de Za), hay dos interesantísmos documentos en la sección Materiales para estudio.

Otra P.D.: La foto la he sacado de http://guerracivil.forumup.es/. La imagen me parece conmovedora al mostrar, con el viejo y la joven ante la tumba, ese símbolo del pasado y el futuro, ese recuerdo y ese empuje que no debemos perder.



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