jueves, enero 18, 2007

Negociar con terroristas

Tengo que aceptarlo: la pereza me domina. La pereza y mi trabajo del máster, pero no tengo excusa. Siempre, en la vorágine de actividades diarias, se puede encontrar un momento para hacer las cosas que debes o deseas, en mi caso actualizar el blog. Suelo enfadarme, al menos amistosamente, con la gente de mi entorno que me enarbola el pretexto de "no tengo tiempo". Bien, ahora debería enfadarme conmigo misma.

Pero prescindiendo de ráfagas autoculpativas por el momento, he de decir que mi retraso en la actualización no ha obedecido a escasez de temas que comentar (quizá sí a la falta de inspiración: estoy viviendo un estado de falta de concentración y exigua capacidad de palabra, por motivos que no voy a detallar), ni en lo personal ni en lo "político": estos últimos días, desde antes de Navidad, han sido pródigos en todo tipo de sucesos. Os cuento.
Me hallo, desde principios de año, en una situación que se podría definir como de futuro paro. Todo comenzó cuando, en la comida de Navidad de la empresa, tras los discursos triunfalistas del jefe en castellano, catalán, inglés y japonés (un japonés un poco patético que apenas antendieron los invitados del país del Sol Naciente), llegó a mis oídos y a los de mi amiga que se pretendía externalizar (o subcontratar) las labores de mi departamento. Conclusión: que íbamos fuera. Ella, en una semana (su contrato terminaba antes que el mío); yo, en abril.

Por mi parte, no me dolió en absoluto. Tener que aceptar este trabajo supuso para mí una renuncia, ya lo he explicado en anteriores entradas. Además, quizá por mi culpa, quizá por el entorno, y a pesar de que en los primeros días me hice el propósito de estar muy motivada, capté algo en el ambiente que no me hizo estar a gusto: arbitrariedades varias, trepas, prejuicios, rencillas... Para mi amiga, en cambio, aquello supuso un cataclismo por sus circunstancias personales, un cataclismo que la ha arrastrado a una depresión. Pero lo peor es la manera en que se ha enterado, la falta de honestidad con que le han comunicado el asunto, hasta el punto de hacerla sentir exactamente como una mierda. Y siendo una de las trabajadoras más responsables que he conocido, y mejores en lo suyo, desde luego que no se merecía esto, si es que alguien se lo merece.

La diferencia entre mi amiga y yo reside en que ella se cree una fracasada sin serlo y yo soy una fracasada plenamente consciente e incluso orgullosa: sí, de verdad, hago ondear bien alta la bandera de mi fracaso con la cabeza erguida, ya sólo me falta fundar un club. Pero sea lo que sea, la consecuencia de esto es que ahora estamos las dos de baja: ella por depresión y yo por otra causa médica. Hubiese podido seguir trabajando, haciendo un esfuerzo (lo mío no es grave, ni mucho menos, y tiene solución, pero ahora mismo me limita mucho), pero me he convencido de que no vale la pena. Siempre he odiado la irresponsabilidad laboral: pero no me han dejado otro remedio. Y si vuelvo al mundo editorial alguna vez, queridos internautas, os doy permiso para darme una sarta de collejas virtuales... No tengo ni idea qué voy a hacer con mi vida, pero intentaré no volver a exponerme al aburrimiento, desagradecimiento, inutilidad y sobre todo peligro de este trabajo.

Puesta a encontrar paralelismos, como siempre, no dejo de ver una relación entre mi circunstancia y la de mi amiga y el gobierno de esta nuestra querida nación: los tres hemos negociado con terroristas, en nuestro caso terroristas empresariales, y los tres hemos fallado. En el caso de la institución, no me atrevería a hacer un análisis, me falta información y conocimientos. Tal vez fueron a la mesa con unas condiciones demasiado rígidas, tal vez fueron excesivamente optimistas (o incluso ingenuos) ante la posibilidad de lograr la paz, para sacar rendimiento electoral o por lo que fuera. De cualquier manera, y si hay que hacer caso a ciertos comentarios que, en realidad, no merece la pena ni citar (no pienso descalificar al PP; ellos solos se las arreglan muy bien para conseguirlo, pero después de escuchar las declaraciones de sus acólitos de la AVT me resulta muy difícil mantenerles el respeto que como víctimas se merecen; lo siento), al final ha resultado ser el malo de la película: de negociar con terroristas ha pasado a ser El Terrorista, el responsable directo del atentado. Curiosa vuelta de tuerca.

Como nosotras.

Esto es todo por hoy. Empiezo el año con menos fe en la Humanidad de la que tenía, y tan quemada que ya ni siquiera pongo la estufa, y no sólo por este clima primaveral de cambio climático. Me pregunto cuántos más como yo irán pasando de trabajo en trabajo mileurista o peor (¡aún hay gente que cobra menos que yo!) cada vez más carentes de ilusiones, de motivación, de ganas de hacerlo bien y superarse a sí mismos, de realizarse. O cuántos más aguantarán curros que les desagradan o donde les tratan a patadas por simple y llanamente miedo.

Y luego nos extraña que los fines de semana nos entreguemos a la droga del consumismo, gracias a los créditos unificados y a los préstamos rápidos por teléfono, y que a última hora de la tarde nos enchufemos a la droga de la telebasura. Éste es el alentador panorama que nos espera en un mundo donde has de negociar con tu peor y más poderoso enemigo, ayudando a fabricar las bombas que finalmente te estallarán en la cara y sabiendo que tarde o temprano caerás; un mundo en que la justicia sólo se ensaña con los menos desfavorecidos, al igual de la muerte (un recuerdo para los dos trabajadores ecuatorianos y sus familias); un mundo en que los genocidas sólo pueden ser ahorcados por otro genocida más grande.
P.D.: Una nota breve: no sé si estarle agradecida o cabrearme, pero mi amiga cuyo enlace a su página podéis encontrar en la presente me ha inscrito en el concurso de blogs de 20 Minutos. Supongo que no me ha quedado más remedio que invitaros a que me votéis si, claro, os parezco merecedora y tenéis ganas. Suerte a todos y que gane el mejor.

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7 Comments:

At 20:43, Blogger Alvaro said...

Le podrían comentar a tu jefe desde el Banco de España que le han pillado todos los tejemanejes que seguro que lleva y que va a dar con sus huesitos en la puñetera cárcel. Porque un tipo que trata a sus empleados así, sean o no eventuales, no debe ser trigo limpio. Estamos en un país en el que tener un poder, cualquiera sea este, la mayoría de las veces sólo vale para ejercerlo. Una pena. Hemos entrado en tu blog por el listado de participantes de 20 minutos y nos ha gustado quedarnos un ratillo y dejarte un voto. Seguramente, nos volverás a ver por aquí.

Saludos desde el agua.

 
At 19:33, Blogger Loly.M said...

Realmente estas indignada, cabreada y no es para menos, solo nos queda el recurso de ser positivos en este mundo de poderes.. Se que a veces no mejoramos nada pero es mi propósito diario…

Lo de los votos he de decirte que no puedo, creo que hay que inscribir un blogg y yo he llegado tarde para la inscripción como casi siempre jajaja. Digo lo mismo ((que gane el mejor)) todos los que he visitado me parecen geniales.
un besote para ti y otro también para tu amiga, mucho animo.

 
At 18:39, Anonymous Anónimo said...

Muchacha de izquierdas... y de otras virtudes:

Compasión mediante -la etimológica, la de "sentir juntos"- le dejo constancia (de que...):

Las carencias del certamen convocado por 20minutos, propician que muchos Blogs en competencia (con temáticas literarias, audiovisuales, familiares o de proyección social), tengan dificultades -ya no para ganar- sino para "encajar" en alguna categoría.

El flujo indiscriminado de votos, y la elección de los finalistas a partir de esa base errónea -el jurado solo leerá los Blogs con más votos por categoría-, convierten el evento en un desastre organizativo.

En aras de compensar este problema, el equipo de La Patria Falsa se ha propuesto otorgar un reconocimiento paralelo y de cierta manera, reivindicativo.

Léanse por favor las bases:
http://www.4shared.com/dir/1779772/cc47637b/concurso.html

Este mensaje le confirma que su Blog no pasó desapercibido.

Afectuosamente,
Caminante.
(Redactor de La Patria Falsa)


PS: IMPORTANTE:

1.Bajo ningún concepto, nuestro comentario le obliga a corresponder la visita.

2.Lo que acaba de leer NO excluye/implica que le hayamos votado en el concurso oficial. Cualquier confidencia al respecto significaría -siempre- una exigencia de reciprocidad.

 
At 10:45, Blogger Sebastián Liera said...

Enero termina dejándonos atrás encuentros y desencuentros, a lo largo de este mes me he topado con gente sensible y honesta que los trapicheos iniciales no me dejaban ver. Hoy he querido retomar el paso y reestrenar la mirada; así me topé con tu blog. Te dejo un cordial saludo, o sea uno que salga del corazón... es decir, del lado izquierdo del pecho.

 
At 04:08, Blogger Sebastián Liera said...

Paso de nuevo por aquí y he leído con más detenimiento esta entrada. La situación me recuerda mi propio caso: soy actor de teatro de profesión, pero colaboro con organizaciones sociales desde hace 11 años por vocación (creo). Generalmente había trabajado para Asociaciones Civiles, que en México tiene cierto carácter "oenegenero" (contrario a los dictados del gobierno); pero desde diciembre de 2003 estuve colaborando con una Institución de Asistencia Privada, cuyo quehacer social está más cercano a la filantropía que a la construcción de un cambio verdadero en las condiciones de injusticia que un sistema, en el cual se mueve el mismo patronato de la IAP, provoca. Me gustaba mi trabajo, fundamentalmente con niñ@s, adolescentes y jóvenes que sobreviven en las calles de la Ciudad de México; originalmente como Tallerista de Teatro. Pero mi dedicación, modestia aparte, me llevó a ocupar el vacante puesto de Subcoordinador de Educación No Formal y, luego, el de Encargado de Centro de Día; así que de 4 horas diarias terminé trabajando 8 (la jornada completa) o más.
Ése "o más" eran una o dos horas de más diarias la segunda mitad de 2004, todo 2005 y los primeros cuatro meses de 2006: unas 10 horas semanales extras que significaron un promedio de 900 horas por todo el período, tiempo durante el cual generé una investigación sobre legislación internacional, nacional y local referente a la situación de desamparo de la población en cuestión y un trabajo que sirvió de base para conceptualizar la creación del Área de Cultura, Arte y Recreación de la IAP en su conjunto (área que me tocó coordinar).
¿Prestaciones? Salvo algunas "concesiones", ninguna; se trataba de una contratación por pago de honorarios, modalidad que el neoliberalismo encontró para hacerse de empleados sin por ello tener que pagar con justicia un trabajo profesional. Pero yo no tenía problema: era algo así como un voluntariado, a pesar de significarse prácticamente como mi única fuente de ingresos.
Llegó 2006 y por cierto quehacer político cercano al EZLN y su Sexta Declaración, la cosa se puso dura; en términos emocionales vino un desajuste que se sumó a la constante agresión que significa estar conviviendo con la miseria y la injusticia en la que se mueven l@s niñ@s, l@s adolescentes y l@s jóvenes callejer@s. Finalmente, el cuerpo no aguantó más y me enfermé lastimándome inclusive la espalda. Fue necesario tomar un tiempo para atenderme, ir a consultas, hacerme estudios clínicos y exámenes médicos y asistir a terapias, todo corriendo por mi gasto y cuenta. Mi jefa inmediata, reconociendo que no sería justo despedirme, pues les había estado trabajando extra sin remuneración alguna y de algún modo se trataba de afecciones relacionadas con el trabajo, me pidió entonces que no me comprometiera a ningún trabajo teatral (que en un par de ocasiones requirió ajustar mis horarios para acudir a funciones por las mañanas) y así no sumar nuevas ausencias; a lo cual acepté. Tuve invitaciones para participar de dos montajes que rechacé, porque las funciones serían por las mañanas durante los meses de noviembre y diciembre; pero, pensé, no hay problema, conservaba mi trabajo fijo y ya luego tendría tiempo de hacer teatro. Mientras tanto, a pesar del tiempo tomado, el trabajo no se abandonó ni un ápice.
Aún así, al cabo de cinco meses, en los que según la cuenta que me hicieron falté 200 horas, fui despedido sin más ni más.
De nada sirvió el tiempo extra trabajado durante 22 meses ni las investigaciones también extras que realicé para la IAP, ni que el trabajo se hizo, ni que había rechazado dos montajes por acuerdo con ellos mismos: fui botado como si mi trabajo no valiera nada.
Entonces, quien se quedó prácticamente en la calle fui yo; cuando quise retomar las ofertas de trabajo en el teatro ya era demasiado tarde, habían llamado a otro actor, y la falta de dinero me impidió siquiera pasar la noche de año nuevo con mi hijo.
Ha sido, pues, el peor y más deprimente fin de año de mi vida y apenas hoy he comenzado a trabajar en un montaje que durará (es lo bueno) hasta junio y estoy seguro que irán apareciendo nuevos proyectos y ofertas de trabajo... me pagarán hasta marzo, cuando sea mi cumpleaños, pero aquí sigo porque hay cosas más importantes que todo eso.
Perdón por haberme extendido tanto, es sólo un modo de decirle a su amiga que aún en el peor momento siempre, tarde o temprano, alcanza uno, una, la luz; que no desespere, al menos no demasiado.

 
At 06:10, Blogger Sebastián Liera said...

Pasando de nuevo, saludos.

 
At 19:12, Blogger Anita said...

bueno es un tema bastante delicado. Negociar con terroristas sinceramnete me parece absurdo, han demostrado no tener ni piedad ni l´satima por nadie ¿alguien se cree su palabra de que no lo volverán ah hacer? mirad lo que ha ocurrido en Madrid... y encima con la vcara de deciur, que no tenñian intencion de matar, entocnes??? que inteligencia de mosquito pensar que en un aeropuerto con una bomba de semejante embergadura no iabn a matar a nadie, en un aeropuerto'¡¡¡ no son muy listos enotnces. Por otro lado, el caso De Juana, hace falta cara para haber matado a no se cuentas personas y ahroa itnentar pensar a que se nos rompe el corazón porque haga huelga de hambre, ... por mi que se muera de inanición, pide justicia, ¿que justicia tubo él con sus v´citimas? él no saldrá en libertad, como sus víctimas no saldrán de sus tumbas...

 

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