Un año republicano

No, no os penséis que mi tardanza en actualizar el blog se ha debido a las consecuencias de la resaca de la Nochevieja, ni a que he estado ocupada quitando el pavo, el polvorón y el árbol de Navidad de la báscula (de hecho, creo que he adelgazado: cuatro kilos desde principios de diciembre, concretamente). En realidad, mi Nochevieja fue bastante penosa. Tanto que la ética me obliga a no relatarla y así evitar que os traumaticéis.

Pero bien, mejor no pensar en eso. Intentaré meterme en la cabeza que se trata de una noche más del año, y que el año empieza cuando nosotros elegimos. ¿Cada noche no puede ser Nochevieja? Creo que es en febrero o en marzo cuando celebran su Año Nuevo los chinos, sobre abril los tailandeses, que el año nuevo islámico, judío o incluso ruso tampoco se corresponden con el nuestro (corregirme si me equivoco, ahora no tengo ganas de entrar en internet para comprobar la veracidad de estas afirmaciones). Entonces quizá decida crear una religión nueva o un país nuevo donde cada uno decida buenamente cuándo empieza el año para él o ella.

Quizá un buen día sería el 14 de abril. No nos olvidemos que en este año que ahora empieza, el 2006, se celebra el 75º Aniversario de la II República española. Me parece un buen momento para festejar un período histórico no exento de errores pero donde en este país se produjo una inusitada apuesta por lo social, la modernización y la educación, justamente ahora que los revisionistas, aupados por cadenas radiofónicas de titularidad religiosa, estás reescribiendo a su manera (que todos sabemos cuál es) la historia para confusión, y credulidad, de los españolitos y españolitas de a pie (entre los cuales me cuento) aprovechándose de los más de sesenta años de retraso cultural de este país (porque desde que el tío Paco estiró la pata tampoco es que se haya hecho mucho, sí a nivel de legislación pero no de financiación, para mejorar el sistema educativo). Así que animo a todos y a todas a participar en las movilizaciones que se produzcan en vuestras localidades. Y si no montarlas vosotros, que queréis que os lo den todo hecho, pillines

El pasado 14 de abril en Mollet de Vallès (un pueblo de unos 50.000 habitantes de la provincia de Barcelona, para el que no lo conozca) se montó una Jornada Republicana con exposición de carteles de la República y la Guerra Civil, intervención de un historiador de la Universitat Autónoma de Barcelona, música, proyección de La lengua de las mariposas y pica-pica. La organizaba el PSUC-viu (partido referente del PCE en Cataluña), que justamente también este año cumple su 70º aniversario. Pero lo importante no fue quien tuvo la iniciativa, sino la implicación de casi la totalidad de partidos de izquierdas de la población, de gente políticamente independiente, la asistencia que desbordó las previsiones más optimistas... estoy segura de que incluso se pasó alguien del PP, aunque sólo fuera por curiosidad. Aquel día demostró que la tópica división de la izquierda puede vencerse, y sobre todo que la participación y la colaboración ciudadana en llevar a buen término un proyecto, más allá de colores e ideologías, es lo más importante.

Sí. Ésa sería para mí la mejor manera de comenzar el año. Celebrando el compañerismo, la amistad, la ciudadanía. Festejando las iniciativas para un mundo mejor, más igualitario, más justo, más abierto a nuevas formas e ideas y más solidario. Con arte y cultura a nuestro alcance. Sin dejarnos llevar por el miedo que tantos tratan de vendernos, como si fuera un producto de consumo más, para utilizarnos.

Y comiendo y bebiendo, claro.

Me despido hoy con una entrada más política que de ordinario... claro que aún estoy comenzando. Os deseo un feliz año a todos y que cada noche sea Nochevieja, cada día un nuevo comienzo... y a brindar con cava sin pasaros, que luego me acusarán de promover on line el vicio y la perversión.